Qué sorprendida me he quedado transformando estas sandalias de mis niños, es increíble cómo han pasado de ser una sandalia descolorida por el sol a un zapato bonito y muy ponible.
Mi madre es adicta a los mercadillos benéficos y a los no benéficos también jajaja, le encanta eso de rebuscar y encontrar ofertas increíbles. Pues bien hace unos días compró unas sandalias de piel por cuatro perras con el único defecto de que uno de los zapatos estaba descolorido por el sol, seguramente habrán sido de expositor y ahora los venden muy baratos.
El caso es que yo iba a tirarlos porque me parecieron horribles pero recordé que de pequeña me compraron unos zapatos cuyo color no me gustaba y mi madre los llevó al zapatero para teñirlos de negro…. Pues eso hice yo también solo que esta vez los he teñido yo misma y me ha costado muy muy muy barato.
Empecé por comprar un tinte buenecito, nada de los chinos, me fui a una gran superficie y lo encontré sin problema, también necesitáis acetona y algodón o algún trapo viejo para frotar el zapato con la acetona y quitarle cualquier suciedad o grasa.
Seguidamente forráis las zonas que no queráis teñir, en mi caso decidí que las suelas me gustaban en blanco así que las forre con celo porque no tenía cinta de carrocero jajaja.
El tinte trae una brochita para aplicar el producto, pues bien este paso es fácil, pintamos el zapato y dejamos secar unas horas, si pasado un tiempo veis que necesita otra mano de pintura pues se la dais, yo le di dos manos.
Como me gustan con un poco de brillo utilicé una vez secados del tinte un producto que da brillo a los zapatos oscuros y este es el resultado!!
A mí me parece maravilloso cómo se han transformado estas sandalias que casi tiro a la basura a un zapato que se pondrán bastante este veranito.
Y lo último es quitarle toda la cinta protectora y si se ha manchado algo quitarlo con acetona y un trapo o alcohol. Pasadle un trapo para darles más brillo y listo, a disfrutarlos!!